La sombra pre retrógrada de mercurio no me deja abrir Word. Así que no sé cuantos caracteres saldrán de acá. Intentaré que sean alrededor de tres mil, que es la idea de este blog. Seguir un poco con el vicio, sacarme un poco lo que tengo adentro, ver que se puede rescatar para que sea un cuentito, o lo que sea.
Listo, lo solucioné, abrí un gdoc para poder tener el control. “control” esa cosa que creemos que tenemos pero que en realidad es todo una ilusión y que como nenes chiquitos cuando no pasa lo que queremos nos ponemos en modo berrinche, desilución, tristeza y esas cosas.
En esa estoy. Necesito unos días de soledad, en algún lugar sin internet con verde, un cuaderno y los libros que estoy leyendo. Estoy en pleno berrinche interno y no lo puedo canalizar. Y eso es peor, en algún momento va a explotar y seré fuego hirviendo, quemando y destruyendo todo a su alrededor.
Tal vez mañana vea alguna peli, de esas en las que me convierto en un camión cisterna y no paro de shorar.
Siento todo estancado, no veo un futuro claro y eso me liquida. Iba a poner “un poco”, pero en realidad estoy liquidada. Tampoco sé qué quiero hacer, hacía donde correr o cómo hacer para aliviar un poco esta presión.
Como este texto en este momento, que no sé que más escribir. Porque de eso se trata estos tres mil caracteres de hoy, ¿no? de volver a ablandar la escritura. Porque quiero saber qué es ese extra que le falta a mis cuentos para que sean realmente buenos.
En los dos últimos mundiales salí segunda en la selección del equipo, así que no estoy tan mal encaminada, pero me hace falta algo más, ese puchito pa’l peso. Así que acá estamos intentando trabajarlo, aunque este es un querido diario, ahora público, para sentir un poco más la presión de cumplir todos los días.
Voy a tener que conseguir consignas, seguro que use el Cuaderno de Escritura de Natalia Rozenblum, también tengo los mails del taller. Ohhh, puedo jugar a la instagramer y pedirle a la gente con la cajita de preguntas temas para desarrollar en tres mil caracteres.
Este blog fue lo único que hoy me sacó una sonrisa verdadera. Ese es mi nivel de pesimismo. Me gusta volver al blog, me gusta meterme esta presión. ¿Cómo hace la gente para escribir en horarios adecuados? Por horarios adecuados digamos que son horarios de oficina u horarios donde todavía el sol está visible en el cielo marcando que es el momento, para la mayoría, de estar despiertos.
Ojalá que la inspiración salga la mayoría de los días. Ojalá este hábito perdure en el tiempo. Ojalá… Estoy llena de ojalás.
Opa, eso me gustó. Tal vez mañana enumere mis ojalá. Creo que con tres mil caracteres me quedo corta. Ja, ya tengo ganas de agarrar la libreta y empezar a escribirlos, se me vinieron un par a la cabeza. Así, de repente.
Bueno, ya me falta poquito para terminar estos tres mil. Se me fue un poco esa sensación horrible, estoy contenta de haber escrito, aunque sea un querido diario y me voy a dormir con buena onda, que no es poca cosa. Voy a tener que cambiarle el nombre de querido diario por texto transmutador. Ah, re.
